Se acercaron a la puerta del dormitirio de Molly, entonces Marg la detuvo y le dijo:”Madam, hay 3 cosas que debe ud. entender antes de entrar, el primero, todo lo que pase allí adentro deber ser lento, extremadamente lento. Segundo, Molly es una cosa preciosa, por favor trátela como tal y por último, pero no menos importante, Ud. es una cosa preciosa, es una cosa preciosa, por favor, créalo para Molly ud. es una cosa preciosa. No se olvide de estas tres cosas, mientras este con nosotras es vital que lo recuerde, ¿si?”. Marg se que quedó esperando respuesta, parecía que había asimilado rápidamente el estilo de al armera. Esta la quedó viendo, agacho la mirada por unos segundos y respondió:”no lo olvidaré”,
Entraron al dormitiorio pues ninguna puerta de las alumnas tenía seguro y las sinodales podían entrar en el momento que lo deseen. Molly estaba acostado, con una pijama compuesta de pantalón y camisa de color rosa. En esa época del año la temperatura estaba inusualmente alta, así que la niña solo se había tapado con las cobijas la parte inferior de las piernas. Cuando sintió que alguien entraba al cuarto abrió los ojos y se iriguió rápidamente. A la armera le pareció un ángel, especialmente porque su pelo estaba desordenado de una manera que hacía que su caballera pareciera una melena leonina. Le recordó un grabado que había visto en una iglesia católica, los angeles llevaban cabelleras así. Molly se levantó, dijo “Buenos días” y realizó una venia, adelantándose para acercarse a su tutora, en ese instante se detuvo, alzó el brazo derecho hacien la seña de esperen y corrió al baño. Al rato se escuchó la operación típica de lavado bucal, lo que hizo que la armera mirara a Marg buscando una respuesta. Marg al miró y alzándose de hombros dijo: “detergente bucal en polvo”.
En l.932 menos del 20% de la población americana se aseaba los dientes con cepillo dental y en otras partes del mundo esto era prácicamene desconocido. Se aseaba los dientes frotándolos con telas o pañuelos cuando la persona lo creía necesario, o sea cada tres o cuatro días. Se mantenía el aliento fresco masacando hojas de diverso tipo, desde té hasta tabaco o bebiendo zumos de limón o algún cítrico haciendo buchadas y con mucha pena, tendremos que contar que nuestra armera era de este tipo, así que el cepillado dental le era desconocido. Esperó hasta que Molly saliera, volviendo esta ha hacerle una venia y tímidamente se le acercara, entonces parándose en puntillas le dio un tímido roce en los labios, algo que parecía haber querido ser un beso. Molly sonrió y aleteó los brazos como un pingüino, mientras le salía una sonrisita tonta. La armera se dio cuenta que este era el saludo protocolario y por algún motivo desconocido, yendo contra todo lo que era y contra toda costumbre suya, se acercó a Molly y agarrándola de la cintura con un brazo con al mano libre le tomó el rostro alzándocelo y plantó un largo beso en aquella boca con sabor a menta.
Para Molly aquel beso fue una total sorpresa y despertó tales sensaciones que sintió que se le humedecieron los ojos. Se sonrojó, pero diferente de lo que había sentido al sonrojarse en veces anteriores, emitía calor, sentía que algo se había encendido dentro de ella, algo que la hizo sentir de repente un calor casi sofocante. Cuando el beso terminó, después de unos lentos 8 segundos, tuvo que abrazarse a su dueña y apoyar su cabeza en el hombro de esta. La armera respiraba fuerte, con lenttitud, mantenía un brazo en la cintura de Molly y con la mano libre le acariciaba el pelo, sosteniéndola por la nuca. Se quedaron un buen rato allí hasta que poco a poco se fueron separando, hasta que otra vez se quedaron viendo. Entonces una risa espontanea surgió de ambas, al verse con als mejillas rojas y los ojos húmedos. La armera la volvió a apretar contra si, besándole esta ve la frente para luego apoyar su mejilla en la de ella sintiéndose feliz, feliz, tan feliz que por primera vez comprendió que no lo había sido en toda su vida.
Se quedaron un rato más abrazadas, disfrutando de la magia del momento, hasta que oyeron la voz de Marg que decía:”siento interrumpir, damas, pero tenemos cosas que hacer, ¿no es así?”. Las dos se separaron, sonriendose y sin dejar de mirarse. Entonces Marg empezó a explicar cual era la rutina del Internado, rutina que la armera como tutora de Molly debía comprometerse en respeta. La niña explicaba, debía bañarse todos lo días al levantarse y otra vez al acostarse. El baño debía ser con agua tibia, por lo que cualquier instalación o casa donde la niña resida debía poseer caldera. Le explicó que el domingo se ocupaba comúnmente en cuidar la salud corporal de la pupila. Le explicó a la armera que la había invitado para que empezara a ejercer esos deberes, ya que esperaba que cuando la niña se fuera con ella el régimen continuara igual.
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